¿Por qué nos cuesta tanto ser constante a la hora de estudiar y asimilar una nueva lengua? ¿Qué motivos nos impiden aprender? Te contamos cuáles son los errores más habituales y cómo podemos evitarlos.

Los motivos que te impiden aprender idiomas son algo que debes conocer y enfrentar si quieres sobreponerte a tus propias limitaciones y llegar a dominar una lengua extranjera. Todos somos capaces de lograrlo. Lo que debes hacer, en primer lugar, es proponértelo en serio, sin sucumbir a ansiedades innecesarias y sin caer en el complejo de inferioridad, la falta de autoestima, o la auto fustigación, que son muy frecuentes ante los aprendizajes complejos y dificultosos.

Sin embargo, es muy común autoimponernos obstáculos a la hora de aprender. Algunos de los más frecuentes son:

Miedo al fracaso: Es un aspecto que se halla omnipresente en nuestra sociedad. Los traumas personales, el hecho de plegarse en exceso a una mentalidad competitiva, o el miedo a no cumplir las propias expectativas, son factores que tienen mucho peso en el temor a aprender un idioma extranjero. Pero con esfuerzo y dedicación, y siguiendo el programa de estudios de una manera constante, no hay nada que temer. Tengamos en cuenta que: los cursos de idiomas en la actualidad, están expresamente diseñados para que nuestra evolución sea lenta pero segura: es decir, paulatina y eficaz.

Ansiedad: La falta de calma a la hora de estudiar puede conducirnos al estrés y la sobrecarga. No es necesario sobrepasarnos de tareas. El aprendizaje tiene un ritmo determinado (incluso en los cursos intensivos) y basta con seguir este ritmo de forma consecuente y realizar las tareas correspondientes.

Pereza: La idea misma de la dificultad y la complejidad del aprendizaje idiomático puede llevarnos a la pasividad, a ir posponiendo las tareas o dejarlas sin realizar o inconclusas. La combinación de diversos métodos, y el uso de tiempos razonables de estudio cumplen un papel fundamental.

Vergüenza: Activa zonas cerebrales que nos impiden de alguna manera hacer aquello que queremos. La vergüenza nos limita nuestra capacidad de aprendizaje, ya que nos hace pequeños a la hora de expresarnos, de hablar en otro idioma distinto al nuestro por el miedo a no hacerlo bien, a no pronunciar igual o al rechazo que eso pueda suponer.

Falta de interés: Si el idioma que vamos a aprender no es de nuestro agrado o lo estamos aprendiendo por imposición o necesidad más que por gusto e interés, seguro que nuestro empeño, dedicación, entusiasmo y ganas no son las mismas. Necesitamos encontrar la manera de hacer que el idioma nos guste, nos atraiga, que sintamos las ganas de saber más y más. El método con el que nos enseñan lo es todo. Sólo así será posible avanzar y aprender.